¡Volando voy, volando vengo! Es lo que iba cantando para mis adentros mientras despegábamos. Estaba contento, no es para menos, el proyecto del día era realizar trabajos de fotografía aérea y no podía estar más emocionado.
Mercè Martí de Infinit Air me encargó este trabajo para su empresa. Jordi Llansana, a los mandos de la avioneta bimotor Vulcanair P68 Obs, fue mi compañero de fatigas, un piloto experto y lleno de anécdotas aéreas.
Alzamos el vuelo para sobrevolar nuestros objetivos. Como si de un videojuego se tratara, nos coordinábamos por radio para fusilar a base de fotografías todo lo que pasaba frente a la cámara. Eran necesarias hacer varias pasadas, de orientación norte-sur y este-oeste, para documentar todos los ángulos del perímetro.
Hicimos el trabajo en 3 sesiones y aunque tenía la tranquilidad de estar cumpliendo todos los protocolos de seguridad, la primera vez impresiona estar sentado frente a la compuerta abierta del fuselaje para realizar las tomas.
Si algún día tenéis la oportunidad realizar un vuelo turístico y queréis alguna recomendación para realizar vuestras fotos sólo puedo decir que… ¡Gran angular! Por la distancia al suelo no tendréis problemas de enfoque, ya que todo estará en el mismo plano, y sólo tendréis que aseguraros en tener una buena exposición.
Otro consejo es… ¡Biodramina! Porque lo reconozco… aquí un marinero experimentado, se mareó en uno de los vuelos.
VISTA PANORÁMICA DE CORNELLÁ*
VISTA AÉREA DEL PUERTO DE TARRAGONA*
* Por privacidad no podemos mostrar las fotografías encargadas por el cliente… pero entre localización y localización, yo seguía disparando 😉